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NIÑOS:
El
vocal responsable de los niños, con la colaboración
de profesionales (maestros, psicólogos) además
de algunos voluntarios, todos los jueves se realizan actividades
para ellos.
No obstante las
pretensiones de esta asociación es construir un
"Centro de Actividades",que sería de
actividades recreativas y educativas. En él se
podrá atender al niño en sus necesidades
personales, psicológicas, formativas e interrelaciónales,
ayudando así a que el niño le sea más
fácil comunicarse con otros, a través de
juegos, talleres y demás actividades. Irá
aprendiendo a respetar, compartir, y divertirse sin ser
para él una obligación como el ir
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al colegio, dejando
atrás algo de la rivalidad y violencia que al niño
le llega por todas partes, y de forma más impactante
por la imágenes televisivas.
Esta asociación
quiere ayudar al niño en el campo de la prevención.
Quizás pueda ser de ayuda, siendo primeramente un grito
de alarma en la sociedad.
El niño hoy es
una victima inocente, de la maldad, de los egoísmos familiares,
o bien de traumas que se sufren en la vida, siendo estos por
enfermedad, por fracasos escolares, o por problemas de los mayores
que le rodean, que sin darse cuenta que el niño es una
persona receptiva y emocionalmente débil. Los mayores
cargan responsabilidades (que no corresponden a sus edades)
y a veces descargan sobre ellos todas sus frustraciones y sufrimientos
que el niño no puede ni debe de sufrirlas.
Este niño crecerá
con miedos, traumas, o rebeldías que harán de
su persona un candidato a vivir con ansiedad y depresión
y puede crecer con la insatisfacción de no reconocer
el valor de la vida, que pese a sus dificultades y sufrimientos,
también está llena de cosas bellas entre ellas
el saber vivir con esperanza y aportar nuestro granito de arena
para que las relaciones entre las personas vayan a mejor.
Que se rompan cadenas,
se derrumben murallas, y sobre todo que las personas descubran
el poder de la unión para hacer un mundo mejor. Es nuestra
obligación de personas adultas que la esperanza de un
mundo mejor sea como un antídoto que se inyecte en la
sociedad. Que este legado lo lleven nuestros niños y
jóvenes viéndolos crecer sanos, no solo físicamente
sino psicológica y emocionalmente.
Si nos preocupamos por ellos, quizás comencemos a mejorar,
nos haga salir de nosotros mismos viviendo más en paz,
y quizás vayamos perdiendo nuestras ansiedades y depresiones,
de forma que mirando y luchando por la felicidad de los niños
lleguemos a encontrar la propia. Ellos son nuestra ESPERANZA.
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